Muy adentro, dejando el tiempo pasar sobre mi,
me desarmo en esta sensación de quietud,
dejo que todo evolucione, pero no me animo a perder de nuevo.
Se va el tren, pero una vez mas no me subo,
su viaje me resulta demasiado lento.
A veces, dejando mi cuerpo reposar,
no creo poder cambiar las palabras que uso,
al menos trato de no llevarlas conmigo,
el equipaje suele ser ligero si lo pretendo.
Se va tu voz, pero una vez mas no la escucho,
tu verdad me resulta aburrida, distante, innecesaria,
¿escuchaste alguna vez lo que te decia mi corazón?
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