Con un disco nuevo bajo el brazo que se puede descargar gratuitamente desde su web oficial, y una banda que mantiene el nombre pero no los integrantes (el joven baterista Mike Byrne, Nicole Fiorentino en bajo y Jeff Schroeder en guitarras acompañan a Billy Corgan) Smashing Pumpkins se presentó por segunda vez en Buenos Aires. Abrieron con “The Fellowship”, seguida de “Lonely is the Name”, cargadas de acordes pesados y oscuros; pero la alegría del público llegaría de la mano del primer hit: “Today” del disco Siamese Dream (1993).
La lisérgica “Astral Planes” sonó acompañada de una impecable escenografía con dos molinos plateados que giraban con distintas intensidades según el tempo de las canciones y un juego de luces que generó un clima particular para cada melodía de la noche. “Ava Adore” y “Bullet With Butterfly Wings” en versiones más rockeras y menos industriales, abrieron el segmento más intenso de la noche con una versión atípica de “United States” del disco Zeitgeist (2007) donde Billy Corgan despacho fraseos del propio himno de su país, el cual tocó con los dientes y dio lugar a un cover: “Moby Dick” de Led Zeppelin.
“Hola, soy Messi” dijo Billy Corgan mientras se presentaba y seguidamente interpretaría con una melodía más pop y no tan sombría como en la original, “To Sheila”. “Cherub Rock”, “Zero”, “Shame” y “Tonight, Tonight”, hicieron que el público enloquezca, cerrando la primera parte del recital con la no tan festejada “Tarantula”.
Para el final, Billy se colgó la acústica para hacer una de las nuevas “A Stitch In Time” y una de las viejas, la hermosa “Disarm”(una de esas canciones que nos recuerdan por qué Smashing Pumpkins es una gran banda). Los últimos dos temas fueron “By Starlight”, del doble Mellon Collie & the Infinite Sadness (1995,) y un cierre a puro ruido y distorsión con “Heavy Metal Machine”.
Smashing Pumpkins dio un concierto cargado de matices y diferentes experiencias. Para aquellos que sólo esperaban escuchar los temas más conocidos, la lista fue acotada. Para aquellos que esperaban encontrarse con la madurez musical de Billy Corgan, la mezcla fue un poco desprolija. Lo cierto es que respetando cada uno de los acordes de las nuevas canciones y reversionando los temas viejos, Billy Corgan, Smashing Pumpkins, o como quieran llamarse, están en un momento donde pueden darse el lujo de reinventarse, sin perder la esencia que los hizo diferentes en los 90´s: letras bonitas acompañadas de acordes sucios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario