Se escucha una música suave, casi aniñada, que crece y crece. Con voz tenue Emanuel Saez (guitarra y voz) susurra las siguientes palabras: “Todo lo que imaginas puede ser verdad” mientras acordes largos y efectos de pedalera van generando un clima musical que muy pronto será errático y nos permitirá vagar por un sinfín de estados emocionales. Así, BAK abre la noche en La Trastienda, una noche de canciones eclécticas, que invitan al vuelo mental y seducen por sus bases de bajo sólidas y la batería endemoniada; como una tribu funk poseída por los rituales del rock.
Eligen “Montaña”, en clave más pop, como segundo tema y esta vez PabloPassano (voz y guitarra) se hace cargo de las palabras. “Barrilete” sigue esa línea y el show entra en su mejor clima con la extravagante “Aborígenes eléctricos”, cuyo sonido de batería, a cargo de Juan Ruiz, invita a saltar como si del piso salieran llamaradas de fuego.
Llega en turno de cantar en otro idioma: “When nothing feels like home” mezcla palabras en español e inglés, y recuerda a las primeras canciones con las que los BAK se hicieron conocidos. A medida que avanza la noche, van pasando uno a uno los nuevos temas de Limo, su recientemente editado LP. “Soles de la noche” y “Good bass” son ideales para que las chicas muevan las piernas sensualmente siguiendo las macizas melodías del bajo de Gregorio Martínez. Cada una de las canciones tiene su toque de color y terminan de sonar pulidas gracias a pequeños detallecitos de los que se hace cargo el nuevo integrante de la banda, Luciano Taranto. Este hombre orquesta sintetiza teclados, toca la guitarra acústica y hace coros, perfeccionando cada segundo las melodías que suenan sobre el escenario.
Es hora de tocar alguna que sepamos todos: “Another gun for my crimes” de su EP Nadie respira por vos, y la mágica “Samsara” fusionada con “Nubes negras”. Un safari por la noche porteña con “Zoológico urbano”, seguida de la satánica “Violento para los niños” es el combo ideal para el cierre de la noche.
Buenos Aires Karma sigue creciendo con cada uno de sus discos. Demuestran talento y originalidad. Son una propuesta fresca, llena de imágenes musicales y rituales melódicos que vale la pena escuchar.