La noche abrió con la encantadora “Before the Rain”, una bella canción cargada de poesía que insólitamente cierra su nuevo disco All you need is now, editado en 2010. Por supuesto, el público enloqueció al escuchar “Planet Earth”, el primer hit (en todo sentido), seguida de “A view to a Kill”. El cantante Simon Lebon eligió a Charlie de Tucumán, apiñado en la primera fila, para que lo ayude a cantar la próxima canción. Si bien el muchacho estaba más empeñado en captar el momento con su cámara, finalmente logró entender que tenía que cantar el “shananana” de "The Reflex".
Luego al bajista John Taylor le llegó la hora de demostrar por qué es uno de los mejores en su rubro: psicodelia funk con “Notorious” y mucho rock con “White Lines”, dos temas en los que realmente se luce. Lo acompaña en todo momentoDom Brown (guitarra) que a pesar de no ser un miembro original de la banda, sabe llevar con soltura y carisma su rol.
“Queremos dedicar esta canción a Adam Yauch de los Beastie Boys” dijo Lebon haciendo mención a la triste noticia del fallecimiento del músico, y los acordes de “Ordinary World” adornaron la velada. Un momento divertido y casi insólito vino de la mano de “Hungry like the wolf”, cuando Lebon comenzó a cantar a destiempo y tuvieron que volver a arrancar. Después, todos los brazos arriba para “Sunrise” y “Wild Boys”, canción en la que incluyeron una porción de “Relax” de la banda Frankie Goes to Hollywood.
Los bises arrancaron en manos de Nick Rodes (teclados), que parece un personaje sacando de un cuento de ciencia ficción. El tecladista es un alienígena autista, que se pone a cargo el soporte de todo el show. Sin su aporte, la banda sonaría al 50%, y a pesar de estar escondido detrás de los comandos de su nave espacial, no pasa desapercibido ni un segundo. Tal es así que miles de flashes iluminan el escenario para que Rodes toque las primeras notas de “Girls on Film”. La canción lleva el ritmo ideal para presentar a cada miembro de la banda, con un Simon Lebon haciendo mosh entre la gente, cual eterno adolescente y por supuesto, la ya clásica invitación a alguna chica para que lo presente. Mercedes, es la elegida, pero atrapada en la emoción del momento y el griterío no comprende muy bien qué debe hacer y repite una y otra vez su nombre: “Mercedes, Mercedes” hasta que se ilumina y de una vez por todas pronuncia: “Mr. Simon Lebon”. (nota mental para Mercedes: el chiste es decir Bon, Simon Lebon)
Ya en el final, Simon Willescroft (saxo y percusión) pasó al frente y sonó “Rio”, tema ideal para el cierre: ritmo y un estribillo pegadizo que resume todo el glam de la new wave en una sola canción.
Duran Duran realmente cumplió. Tocó una catarata de hits y algunas de sus nuevas canciones, todo en la medida justa. Para aquellos que disfrutan de un concierto efectista, fue una lista de temas acertada. Para los puristas de la banda (como quien escribe), tal vez faltó algún tema de Liberty, Red Carpet Massacre y por qué no, algún cover de Thank You. Lo importante es que 30 años después, Duran Duran es una de las mejores bandas pop, y de eso no quedan dudas.